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46 classes
La luz, del templo señora, Por el templo derramada, Saluda al Dios que ella adora Por las losas prosternada Ante el ara que colora.
29quintilla
Según las vías prepara esta breve consecuencia el fruto de la prudencia asaz bien llano se apara, mas en su forma tan densa mirad la cuestión que viene y las cláusulas que tiene, que si la razón se abstiene creedme que vos conviene caer o perder la vara.
25décima_antigua
Vestida con mantos negros piensa que el mundo es chiquito y el corazón es inmenso.
30soleá
¡Y el poeta en su misión Apurando su tormento! Sin alivio el corazón, ¡Sin más que una maldición Escrita en el pensamiento!
29quintilla
¿Que será sin ti mi vida? ¡Fallida! a mi dolor ¿Quién lo calma? ¡El alma! ¿Y a mi corazón que hieres? ¡Se muere! Asesina de placeres que me aflige y atormenta y en mi vida representas: fallida alma que se muere.
0ovillejo
Por ti el paso desvía de la profundda noche, y resplandece muy más que el claro día de Leda el parto, y crece el Córdoba a las nubes, y florece;
14lira
Quedó en silencio el venerable anciano, Al terminar su relación sucinta. El confuso rumor del auditorio Mostró el gran interés y simpatía Que en los pechos de todos encontrara. El discreto arcipreste una sucinta Plática de conforto y de consuelo, Toda empedrada de oportunas citas De la santa Escritura, dirigióle, Y luego los hidalgos de la villa Respetuosas ofertas y entre el pueblo Resonaron de nuevo aplauso y vivas. En tanto el ama, que con gran conato Y con lágrimas siempre las mejillas, (Pues era tan curiosa como fresca, Y á la par de hacendosa compasiva) Oyó la narración; sale un momento Y primorosa y pulcra, en la cocina Con miel, vino y uaranja confecciona Para el buen viejo una cordial bebida; Y al comedor tornando, en una taza De plata, acomodada en su salvilla, Se la ofrece, rogándole la acepte Como una imponderable medicina. De ella bebió algún sorbo el noble anciano Dando á la dueña gracias expresivas. Aquietóse la turba nuevamente, Y en Ñuño todos sus miradas fijan. Este saciando el general deseo, Contó la historia larga y peregrina De sus raros sucesos y aventuras, En los lejanos orientales climas.
18romance_arte_mayor
Empieza a vivir, y empieza a morir de punta a punta levantando la corteza de su madre con la yunta.
5cuarteta
a los donaires suyos echó el resto con propriedades al gorrón debidas, por haberlos compuesto o descompuesto.
33terceto
Y contra la arena el sueño, a la sombra de una barca, fuera de la mar, sin remos
30soleá
Compañera mía, yo no sé qué tiene la yerba buena e tu güertesito que tan bien me huele.
26seguidilla_gitana
Entre la leve gasa que levantaba el palpitante seno, una flor se mecía en compasado y dulce movimiento.
21silva_arromanzada
Si te engaña la que quieres O te abandona inconstante, Ya verás Cómo, sin que mucho esperes. Se burla de ella otro amante Mucho más.
31estrofa_manriqueña
Pues a vos, Señor, aplaze ser del amor sin mudança, o queráis lo que le plaze, que dolor es bienandança, y hazed vuestro devido que os contente y os sostenga, que el castillo combatido tanto en más será tenido quanto más trabajo tenga.
38novena
Ven, y vuelve a los cielos sus ardores, su frescura a la tierra, y su temprana gloria a mi pecho, en Clori soberana; en Clori mi delicia y mis amores.
24cuarteto
Más bien en las acciones que en las palabras, se descubre lo oculto; que hay en el alma; y así no fies de ofertas, que con obras no se confirmen.
27seguidilla_compuesta
Pues la santa Inquisición suele ser tan diligente en castigar con razón cualquier secta y opinión levantada nuevamente, resucítese Lucero, a corregir en España una tan nueva y extraña, como aquella de Lutero en las partes de Alemaña.
6copla_real
¡Oh, Señor! Tú que sabes mi miseria y que, en las horas de profundo duelo, yo me arrojo en tu gran misericordia, como en el pozo el animal sediento, purifica mi carne corrompida o, librando mi alma de mi cuerpo, haz que suba a perderse en lo infinito, cual fragante vapor de lago infecto, y así conseguirá tu omnipotencia, calmando mi horroroso sufrimiento, que la alondra no viva junto al tigre, que la rosa no viva junto al cerdo.
18romance_arte_mayor
Si yo lo supiera que no me querías, yo renegara e Dios y me fuera a la Morería.
26seguidilla_gitana
La pila de agua bendita que está en el rincón umbrío, es silvestre margarita llena de fresco rocío.
5cuarteta
Las banderas de la luz del Rey que por nos padece salen fuera, y resplandece el misterio de la Cruz, por el cual el Hacedor de la carne en carne humana fue puesto de propia gana en el palo del dolor.
28copla_castellana
Diez galápagos juntos topó más adelante, que de un pequeño charco pasaban a buscar otro más grande.
17endecha_real
Cuando yo un cuerno tocare, moveréis todas al trote, y a la que primer llegare, de aquí le suelto el escote.
5cuarteta
El bárbaro Giafar que en las revueltas De la costa africana sus proyectos De ambición insaciable funda altivo, Y tal vez el trastorno del imperio ; Y que del Almanzor la alta fortuna, El saber, la influencia y los esfuerzos Espera que naufraguen en la empresa, A que partió con tanto menosprecio Juzga en su mano para siempre firmes El alto mando y el poder supremo, Y en pos de gigantescas esperanzas Por abismos sin fin se arroja ciego. Ah ! ¡ que si eran falaces las del joven, Las del anciano audaz no lo son menos! Pues si no sabe amor lo que está escrito. Tampoco la ambición logra saberlo. Trazan los hombres sus diversos planes, Juzgando realidades sus deseos Y en tanto de su necia confianza Inexorables búrlanse los cielos. Nunca juzgó Giafar mas necesario De Kerima y Zeir el himeneo. Para llegar al fin de sus afanes ; Y á todo trance se resuelve á hacerlo. La ausencia de Almanzor, que juzga eterna, Libra su corazón de todo miedo; Y es ya su voluntad raudo torrente, Que mira roto el malecón opuesto. Quién podrá resistirle?....A.ma á su hija, (Que ama el tigre también á sus hijuelos) Mas la ambición sacrificarla exige, Y cede á la ambición todo otro afecto. Hágase al punto la precisa boda; " Hágase al punto sin pararse en medios: " Todo ostáculo ceda." Dice, y vase A buscar á Kerima luego luego. — En su estrado magnífico, que adornan Alfombras del oriente, por asiento Un almohadón de seda de Damasco, De blanda pluma tingitana lleno; Bordando con aljófar y con sirgo Una manga de verde terciopelo, Halla el tirano padre á la hija hermosa, Sola con sus amantes pensamientos ; Y ajustando á su rígido semblante La máscara falaz de un dulce afecto, Le declaró templado sus ideas, Aunque con tono de quien va resuelto. Tembló Kerima, y pálida escuchóle, Muda y sin respirar por un momento Mas pronto un mar de lloro derramando. Apuró escusas, y apeló á los ruegos. Giafar, inexorable á sus gemidos, A sus tiernas caricias y lamentos, Que un peñasco de bronce conmovieran, Se alzó impaciente, y respirando fuego : Basta," gritóle : " obedecer te eumple; " Ni lágrimas ni súplicas tolero : "Tu suerte fija está—solo seis dias, " Para que te prepares, te concedo." De su alcázar la bárbara opulencia, La pompa, la riqueza y el respeto De que se halló Kerima circundada Desde que vió en la cuna el sol primero El encontrarse desde niña tierna Sola, sin madre, y absoluto dueño De sí, de su palacio, de sus siervas, Y todo siempre á su querer sujeto; El poder de su padre, la alta estirpe, La beldad, el saber, el claro ingenio. La adulación continua y los aplausos. Su candida virtud no corrompieron Pero aumentaron el tesón constante De la firmeza, dote de su pecho, Carácter que exaltaba nuevamente De contrariado amor el noble esfuerzo. Carácter, que cobrando su energía Del fiero padre al despiadado aspecto Y al escuchar el bárbaro mandato, Y el fijo plazo á sus desdichas puesto ; Hizo á Kerima contener el lloro, Alzarse repentina, y con acento De alta resolución, solemnemente Jurar desobediencia á tal precepto. A su turno turbóse el fiero padre, Guardó un instante sepulcral silencio, Al puñal vengador llevó la mano, Temblando de furor todos sus miembros; Y dando pronto la expresión siniestra De amarga risa á su semblante horrendo, Seis dias nada mas Tiembla, infelices " Y tiemble de tu amor el vil objeto." Clamó, volvió la espalda, y ausentóse Y la puerta cerró con tal denuedo, Que del vasto edificio retumbaron Los artesones de dorado cedro. En prisión se trasforma aquella estancia. Do tiene sola la nodriza acceso Vigilan á la entrada seis esclavos, Y custodian la puerta cien guerreros.
18romance_arte_mayor
¡Oh bella Galatea, más süave que los claveles que tronchó la aurora; blanca más que las plumas de aquel ave que dulce muere y en las aguas mora; igual en pompa al pájaro que, grave, su manto azul de tantos ojos dora cuantas el celestial zafiro estrellas! ¡Oh tú, que en dos incluyes las más bellas!
2octava_real
¿Dices que nada se crea? Alfarero, a tus cacharros. Haz tu copa, y no te importe si no puedes hacer barro.
11cantar
Partiste, y del sentimiento en cama enfermo caí, y cuando a exhalar por ti iba ya mi último aliento, embargó mi pensamiento, en vez de tu amor y el mío, este cantar tan vacío que oí de niño a mi hermana: -"CUCU, cantaba la rana, CUCU, debajo del río."
13espinela
Y cese la pluma sutil de Lucano de púnico bello, y no fable Homero, que por bien que canten el sitio troyano y pinten el día de Humacia más fiero, si dejan las fablas y tocan el vero, por cierto no creo poderse fallar tan cruda batalla en tierra ni mar, y si el deportante no fuere grosero.
41copla_arte_mayor
Toca el rabel sonoro, y el inmortal dulzor al alma pasa, con que envilece el oro, y ardiendo se traspasa y lanza en aquel bien libre de tasa.
14lira
Aquel de buenos abrigo, amado por virtuoso de la gente, el maestre Don Rodrigo Manrique, tanto famoso y tan valiente; sus hechos grandes y claros no cumple que los alabe, pues los vieron, ni los quiero hacer caros pues que el mundo todo sabe cuáles fueron.
31estrofa_manriqueña
De mí sé que al encuentro, mientras por las montañas vagueando más de lo justo entro sin armas, y de Lálage cantando, me vido, y más ligero huyó que rayo, un lobo carnicero.
45sexteto_lira
Desde que el hombre en la tierra abre el sol de su alegría siente mayor simpatía por la paz que por la guerra. Temible la muerte aterra con su voluntad de hierro. Más allá donde me encierro con la muerte a discutir porque morir no es vivir en la vida que me aferro.
13espinela
La brilladora luz es la alegría; la temerosa sombra es el pesar: ¡ay! en la obscura noche de mi alma, ¿cuándo amanecerá?
21silva_arromanzada
Yo vi sobre un tomillo quejarse a un pajarillo
3couplet
Inspira negro aliento sobre mi pluma y vena, que ya libar cristales de Hipocrene el espíritu no acierta.
17endecha_real
Le ijo er Tiempo ar queré: Esa soberbia que tienes yo te la castigaré.
30soleá
Creer en la natura no es una mala usanza, si se confía en Dios con muy firme esperanza; y para que no tengas en mí desconfianza pruébolo brevemente con esta semejanza.
9cuaderna_vía
¿No ves, nescio, las cabañas y los cerros y los valles, los collados y las calles ardase con las montañas? ¿No ves cuán desbaratado está todo lo sembrado, las ovejas esparcidas, las mestas todas perdidas que no saben dar recado?
38novena
Cuando te bi en la cama, a mi corasón de ducas se le cayeron las alas.
30soleá
Morir vos queredes, padre, San Miguel vos haya el alma. Mandastes las vuestras tierras a quien se vos antojara: a don Sancho a Castilla, Castilla la bien nombrada, a don Alonso a León, y a don García a Vizcaya; a mí, porque soy mujer, dejáisme desheredada. Irme he yo por esas tierras como una mujer errada; de lo que ganar pudiere haré bien por la vuestra alma. Calledes, hija, calledes, no digades tal palabra, que mujer que tal decía merescía ser quemada. Allá en Castilla la Vieja un rincón se me olvidaba, Zamora había por nombre, Zamora la bien cercada; de un lado la cerca el Duero, del otro Peña Tajada. ¡Quien vos la tomare, hija, la mi maldición le caiga! Todos dicen: ¡Amen, amen! sino don Sancho, que calla.
1romance
Jurábasme, si ausente yo estuviese, que ni el agua sabor ni olor la rosa ni el prado hierba para ti tuviese.
33terceto
Que vuelvas a nuestra quinta por un libro que olvidé. Si voy, ¿dónde te hallaré? En esta alfombra que pinta
19redondilla
Y mucho más sin duda me valiera, que no andar por el mundo componiendo, de niño haber seguido una carrera de más provecho y de menor estruendo; que, si no sabio, periodista fuera, que es punto menos; mas ¡dolor tremendo!, mis estudios dejé a los quince años, ¡y me entregué del mundo a los engaños!
2octava_real
Ojos grandes, hermosos, expresivos, lucientes y con largas pestañas, bien claros, rientes; las orejas pequeñas, delgadas; para mientes si tiene el cuello alto, así gusta a las gentes.
9cuaderna_vía
Mire, pues, cómo se sienta a mesa el hombre tan limpia, que aun los espíritus puros crïaturas son indignas. Nupciales ropas el alma, blanca, digo, estola, vista, que, a pesar del oro, es, la más blanca, la más rica.
4octava
Aunque usted diga, niña que es de alta esfera también para las torres hay escalera.
22seguidilla
En el mar hay un cantar verde de silencios grises. Como tus ojos, mar, borrachos de azul en sombra, cantores de soledad. ¡At, qué colores profundos! Verdes ojos, verdes mar; azul de silencios grises, en el mar hay un cantar
38novena
Digo que más el hombre, pues otras criaturas tan sólo en un época se juntan, por natura; el hombre, en todo tiempo, sin seso y sin mesura, siempre que quiere y puede hace esa locura.
9cuaderna_vía
Ya estás sola con Dios, alma afligida, su silencio amoroso, que te escucha, te dice: ¡Corazón, viértete todo, vuelve a tu fuente!
36estrofa_sáfica
Cuando el amor evidente, con el irrefutable sol del mediodía, suspendía mi cuerpo en esa abdicación del hombre ante su dios, un resto de memoria levantaba tu imagen como recuerdo único.
39sexteto
Si acaso me muero pago con la bía; y no sabía ningún serujano er mar que tenía.
26seguidilla_gitana
Señora muy acabada: tened vuestra gente presta, que la triste hora es llegada de la muy solemne fiesta.
5cuarteta
Huyeron luego todos, todos desparramados, porque temían ser de esta muerte acusados. Aunque eran inocentes, podían ser culpados y por ventura ser prendidos y achacados.
9cuaderna_vía
De cosas pasáas no quieo yo acordarme; porque me yora mi corasonsito gotitas e sangre.
26seguidilla_gitana
En el arma tengo un clabo jincao, como una hijita e una mala mare me lo ha remachao.
26seguidilla_gitana
En llegando a mis oídos la voz y dulce canción de vuestra salutación, concibieron mis sentidos divina revelación. Y el infante aun no criado que en mi vientre está encerrado, delante su Criador, lleno de gozo y de amor, todo está regocijado.
6copla_real
la gloria inmarcesible de las Musas hermosas y el triunfo del terrible misterio de las cosas.
3couplet
La torre de marfil tentó mi anhelo; quise encerrarme dentro de mí mismo, y tuve hambre de espacio y sed de cielo desde las sombras de mi propio abismo.
7serventesio
Dejo las invocaciones de los famosos poetas y oradores; no curo de sus ficciones, que traen yerbas secretas sus sabores;
12sextilla
Anda que te den un tiro; nunca yuebe como truena; con esa esperansa bibo.
30soleá
Ante las puertas del templo a recibir sacrificio Amor, en cuyo servicio noches y días contemplo, de tu caridad demando obedecida, Señor, hacia este ciego amador, el cual te dirá cantando, si de él te mueve dolor, los siete gozos de amor.
25décima_antigua
Tantos duques excelentes, tantos marqueses y condes y varones como vimos tan potentes, di, Muerte, ¿do los escondes y traspones? Y las sus claras hazañas que hicieron en las guerras y en las paces, cuando tú, cruda, te ensañas, con tu fuerza las aterras y deshaces.
31estrofa_manriqueña
Luz de fuego, paisaje gris, angustia que me rodea llanto que decora el duelo que en mi pecho mora, como ruinas en guirnaldas suspendidas, brota la sangre roja que adorna los lirios blancos de tu cuerpo, no puedo, te juro que no puedo con el llanto de tu pecho, de seguir así, perdido en el llanto de tu duelo, ¡yo! muero.
35unknown
Dicen que azules son las montañas como ella, que en ella se oscurecen los amores lejanos, y un noble y buen amigo mío (y de las estrellas) la nombra en un temblor de trenzas y de manos.
7serventesio
Siempre con gran limpieza jugó las armas dentro de los cuarteles de las moradas: y en suma su cañón son las plumas que basta de papel a una bala y afirman que el cilicio la pica.
16chamberga
Ese simple payés que ara toda soberbia refluye; cuanto la saña destruye la mesura le repara; quien de maldecir se ampara es más fuerte que Sansón más sabio que Salomón; señor, pues notad el son, porque vuestra presunción no desvare si desvara.
25décima_antigua
Y él dijo: "Que te dejar no tengo, si este cayado y este mi rabel preciado, con que tañer y cantar me vías por este prado. Al son de él, pastora mía, te cantaba mis canciones, contando tus perfecciones y lo que de amor sentía en dulces lamentaciones."
6copla_real
Si quisiereis, señores, oír un buen solaz, escuchad el romance; sosegaos en paz, no diré una mentira en cuanto dentro yaz: todo es como en el mundo se acostumbra y se haz.
9cuaderna_vía
¿Por qué te escondes de mí, pues conoces claramente, que estoy, cuando estoy presente, muy más ausente de ti? Cuanto a mí por suspenderme, estando adonde tú estés, cuanto a ti porque me ves y estás muy lejos de verme.
28copla_castellana
Pero yo ya no soy yo, ni mi casa es ya mi casa. Dejadme subir al menos hasta las altas barandas,
11cantar
Mi voluntad se ha muerto una noche de luna en que era muy hermoso no pensar ni querer... Mi ideal es tenderme, sin ilusión ninguna... De cuando en cuando un beso y un nombre de mujer.
7serventesio
Mira si será tristeza, no verte y ver este prado de árboles tan adornado, y mi nombre en su corteza, por tus manos señalado. ¡Oh si habrá igual dolor, que el lugar a do me viste, verle tan solo y tan triste, donde con tan gran temor tu pena me descubriste!
6copla_real
Si con tu gran discreción, una virtud poseyendo, ya teniendo cuantas son, sin haber contradicción, una sola falleciendo, y las otras por tal son para ser más virtuosa gloria que tanto deseas, conviene que piadosa contra mí, forzado, seas.
25décima_antigua
Por dinero no lo jagas; yébame a una jerrería y échame un jierro en la cara.
30soleá
Ha tenido que ser Dios un día que estaba triste. No tiene otra explicación.
10tercetillo
Árbol bienaventurado, de cuyos brazos colgó el precio que se nos dio del siglo, por él comprado; y hecho balanza y peso del cuerpo precioso, tierno, trajo el robo del infierno, tantos tiempos allí presos.
28copla_castellana
¿Fueron sino devaneos, qué fueron sino verduras de las eras, las justas y los torneos, paramentos, bordaduras y cimeras?
12sextilla
Mas cierto que me he espantado, y la causa no sospecho, de que un negocio tan hecho se hubiese desconcertado.
19redondilla
De todos Villasandino fue señor de la floresta, como quiera por respuesta delante el señor vecino alto rey muy estimable, caballero tan amable leal conde venerable pues a vos es razonable daros golpe en el barquino.
38novena
Con presteza obedece llena de gozo por cumplir el precepto maravilloso. Entonces toda llena de amores contenta hijo suyo contempla con gusto y bendito es el fruto.
16chamberga
Diga el huerto donde estuvo de rodillas por tirarla, el monte adonde subió y el abismo donde baja.
11cantar
Pues en empresa tan alta, y en galardón tan crecido, no descansa mi sentido hasta que vea sin falta lo que busco y lo que pido. Y en cosa tal cual es esta es justo perder el sueño, pues a Dios tanto le cuesta; que el trabajo en su recuesta amor le hace pequeño.
6copla_real
para traer la Eurídice dormida hasta la superficie de la vida.
3couplet
Quanto el bien temprar concierta el buen tañer y conviene, tanto daña y desconcierta la prima falsa que tiene; pues no aprovecha templalla, ni por ello mejor suena, por no estar en esta pena, muy mejor será quebralla que pensar hazella buena.
38novena
Era una tarde serena; doraba el sol de Occidente del Tajo la vega amena, y apoyada en una almena miraba Inés la corriente.
29quintilla
Jamás ha permitido ni la más leve tregua al Reino de las sombras, confundiendo con luces sus tinieblas.
17endecha_real
RAMÓN se llama, auxilio necesario con que Delio se esfuerza y ve rendidas las obstinadas fuerzas del contrario.
33terceto
Hermoso mar, unas veces bravo otras sereno, hay días que relajas mi alma con bellas melodías que me susurras al oído, ante ti quedo extasiado, atraído por tus reflejos llenos de misterio. Me conmueve tu inmensidad que no es más que una gota de roció. En tus días bravos, ahuyentas al mismo diablo con tus rugidos, coloso que levantas olas espantando al más atrevido. Ante ti, me quito el sombrero, sabes ser tierno como un niño, pero cuando te enfadas no hay quien pueda contigo. Hermoso mar, cada mañana ¡yo! te miro y al ver tu majestuosidad suspiro y pienso ¿Cómo habrá amanecido hoy con sus latidos?
35unknown
¡Qué suavidad! ¡Qué clareza! ¡Qué rancio gusto y olor! ¡Qué paladar! ¡Qué color! ¡Todo con tanta fineza! Mas el queso sale a plaza la moradilla va entrando, y ambos vienen preguntando por el pichel y la taza
28copla_castellana
Pues si usté pisa en su rancho y si el alcalde lo sabe lo caza lo mesmo que ave aunque su mujer aborte... ¡No hay tiempo que no se acabe ni tiento que no se corte!
12sextilla
¿Dónde tenías, magancés, la vista aguda de tu ingenio, que, así ciego, fuiste tan mentiroso coronista?
33terceto
Y porque mejor me admitas de tus gustos a la parte, cien melcochas pienso darte y avellanas infinitas, mazapanes y turrón, dátiles y confitura, y entre alcorzada blancura el rosado canelón.
28copla_castellana
Vas orgulloso... Y tu sombra en el suelo, ¡mira!, es un mono.
8haiku
Acomode los versos con prudencia a los sujetos de que va tratando: las décimas son buenas para quejas; el soneto está bien en los que aguardan; las relaciones piden los romances, aunque en otavas lucen por extremo; son los tercetos para cosas graves, y para las de amor, las redondillas;
4octava
Y como cuando ha tirado la bombarda en derredor finca el corro poblado de gran fumo e negror, bien de aquel mismo color una niebla le salía por la boca, a do volvía demostrando su furor.
15octavilla
Lloren los enamorados y las doncellas y donas; lloren las nobles matronas con todos los tres estados: estremezcan los collados, las selvas y las montañas el gemir de sus entrañas, por ser de vos apartados.
40copla_arte_menor
Si intentara mostrarte mis entrañas mentiría, Señor, aún sin quererlo, a tu silencio es el silencio sólo debida ofrenda.
36estrofa_sáfica
Empezó refiriendo que en el campo, Do los Infantes perecido habían, Quedó bañado en sangre, moribundo. Destrozado el arnés, lleno de heridas. De que mostró las hondas cicatrices. Recordó, que llevado á una alquería, Encontró grato auxilio; y que curado, Tornó sin detenerse acia Castilla, Donde sabiendo la prisión de Lara, A Lerma fué, juzgando que podría Verle y hablarle; mas que vanas fueron Todas sus diferentes tentativas. Con lo que despachado, fuese á Búrgos Para implorar del conde la justicia; Y allí en prisión estrecha le encerraron. De que logró fugarse á pocos dias, Huyéndose á León, porqué esperaba Tal vez hallar la protección anligua; Pero hecho monje Alfonso, y la corona Por el audaz Ordeño pretendida, Encontró el reino aquel mísera presa De discordias y guerras intestinas. Y pasó al de Navarra, en cuya corte El indolente y sin valor García Sus ruegos desoyó. Buscó en la Francia Amparo y protección: pero fatiga Inútil fué, porqué su rey huyendo Del conde de Paris, y de la altiva Ambición de los duques de Borgoña, Allende el mar en las britanas islas Asilo y vengador buscó, llevando Sus tesoros consigo y su familiar- Dijo Ñuño, que entónces ir á Boma Determinó, por ver si lograría La protección del jefe de la Iglesia Para el señor de Lara; y como había Visto al paso en Milán la ceremonia Con que de hierro la corona antigua Tomó el conde de Arles, cual rey de Italia, Befirió largamente, (lo enemiga Que fué la suerte injusta demostrando A todas sus honradas tentativas, Y cómo inexorables las estrellas En contrariar su plan se complacían) Que llegó á Roma en el fatal momento, En que el décimo Juan, por la perfidia De Marozzia, de Güido de Toscana Esposa, si del padre concubina. Cayó al golpe traidor de daga infame Por sacrilegas manos esgrimida, Dejando yermo el solio pontificio Y despierta la cólera divina. Prosiguió Ñuño, que cansado entónces De mirar tan sin fruto sus fatigas, Y despechado de encontrar do quiera En el orbe cristiano alevosías, Guerras, ferocidad, asesinatos, Perjurios, parricidios y ruina, Resolvió abandonar por siempre á Europa, Y dirigirse á los remotos climas, El gran sepulcro á visitar de Cristo, Y los lugares do nació la vida : Ruscando luego paz en los desiertos, Entre los penitentes cenobitas. En tal resolución sus culpas todas Con un prelado de virtud eximia Humilde confesó, y en griega nave Zarpó de Anoona con el rumbo á Siria. Pero aun no satisfecha la Fortuna Ni las estrellas ver logró propicias: Del Adriático mar las bravas olas De invierno duro las tenantes iras Le opusieron constantes ; y en el punto En que calmado el tiempo, de Gorcira Saludaba los montes, fué cautivo De una armada galera berberisca ; Y á Malta conducido, donde esclavo De sarracenos, que de aquellas islas Eran dominadores, largo tiempo Arrastró hierros y apuró desdichas.
18romance_arte_mayor
¿Dónde volaron, ¡ay!, aquellas horas de juventud, de amor y de ventura, regaladas de músicas sonoras, adornadas de luz y de hermosura? Imágenes de oro bullidoras, sus alas de carmín y nieve pura, al sol de mi esperanza desplegado, pasaban, ¡ay!, a mi alrededor cantando.
2octava_real
Y al cuello el lazo atado con que desenlazó de la cadena el corazón cuitado, y con su breve pena compró la eterna punición ajena.
14lira